Para mí en esta foto se unen lo terrenal y lo celestial por dos motivos, el primero por el elemento «luz» (buscaba el contraste de luz en la oscuridad), y por otro lado lo que representa, ya que es uno de esos candelabros de una iglesia donde la gente deposita una vela en recuerdo de los que no están (cielo), y pidiendo por los que aún permanecen con nosotros (tierra).
Es en un sentido religioso, y un tanto filosófico, pero lo cierto es que la tenía en mente desde hace tiempo.
Escribo desde algún hotel en las cercanías de aeropuerto JFK de NEW YORK. Me mudo a Miami por una temporada. La cuestión es que perdí mi vuelo de conexión y he tenido que pasar la noche en NY. Así que, como no estoy acostumbrado al horario Americano, estoy con los ojos como platos. He aprovechado para fotografiar el primer amanecer de mis andanzas americanas. Como veis, está todo nevado, lo cual da sensación de frío, sin embargo, me ha parecido divertido darle un procesado y tornar el cielo a tonos rojizos, típico de los cielos de verano. Me gusta, porque aunque hace frío el tono del cielo nos transmite calor.
Con motivo del deshielo de la nieve acumulada en un tejado, por un aliviadero caía un chorrete, así que me decidí a jugar un poco con la cámara e intentar un efecto que siempre me ha gustado, el de congelar las gotas en el aire, así que aunque el chorro era contínuo, con una exposición muy baja (1/1600 seg) consigo que las gotas se independizen unas de otras y queden suspendidas en el aire. Debido a esta baja exposición tuve que subir la sensibilidad de la película ya que me faltaba luz, y la dejé en 400 ISO. El diafragma muy abierto (5,6 f) ya que quería un DOF, desenfoque muy selectivo y acusado, y para resaltarlo el punto de foco en medio del recorrido de las gotas, de manera que tanto primer como tercer plano están fuera de foco.
Ya en casa tuve que girarla un pelín para que la línea de las gotas coincidiese con la horizontal. También le toqué el contraste y el brillo.
El resultado es bastante «dark», con unos contrastes muy acusados que le dan un aire misterioso y retro a la foto. Ésta es la típica que me hubiera gustado hacer en analógica y trabajarla en el laboratorio.
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Vi la alcantarilla, me gustó y puse mi trípode a esparar a que pasara alguien justo por ahí. ya me estaba cansando y tuve varios intentos desafortunados, cuando a lo lejos veo una señora que camina despacio y por la línea donde al pasar por delante de mi cámara estaría justo en el sitio adecuado. no se desvió ni un milímetro y con esos botines «ideales para la foto» pasó por delante de mi objetivo!
¡Parece mentira que esa señora, juro que no tendría menos de 70 años, llevara esas botas, pero… así fue y se convirtió en la protagonista de mi foto!
Al atardecer se puede ver a los estorninos regresando a su lugar de anidamiento. Los he querido sacar surcando el cielo, es un espectáculo digno de ver, son cientos de pájaros que vuelan de aquí para allá como una unidad, perfectamente sincronizados como si un banco de peces se tratara. Hay quien ve algo siniestro en ellos y eso he querido reflejar también.
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Esta foto la tome en el Poligono Industrial de Mahon, me inspiro «cielo y tierra», es decir, naturaleza, porque es un almendro que nace de la tierra y va hacia el cielo que surge entre rejas, cemento y asfalto.
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